lunes, 1 de noviembre de 2010

Cortesía.


Que el rencor ha desaparecido y es hora de olvidar.

Perdonar…

Diría que me gustaría que fuera cierto, pero nunca tanto. En este corto camino me he encontrado en diferentes situaciones, unas que nunca podría olvidar y otras no tan memorables. Sin embargo hay veces que te topas con una pared muy grande llamada decepción. Y ya dicen que “lo que no nos mata nos hace más fuerte.” Verdad. Pero para que tanto drama si fue suficiente con un amor de Abril, como para volver a lo mismo con uno de Marzo que ni valió la pena.

Que dura dirían algunos. Pero no justifico esto con mi carácter ni con las supuestas cicatrices que muchos podría afirmar aun no se borran de mi corazón. Mentira. Estas nunca existieron porque nunca hubo herida y mucho menos dolor. Hubo lastima, rabia, impotencia.

Ahora tras medio año desde la última vez que hablamos, digamos que como más que amigos y menos que todo. No diré que siento las ganas de regresar en el tiempo, y revivir los buenos momentos. Porque la vida pasa y cambia y yo sigo sus pasos. Me dijeron que esto no era saludable y quizás tuvieron razón. Al principio choco, luego se hizo costumbre y miren ahora.


Pero como dice mi mami, “Lo cortés no quita lo valiente.”


Pero a veces esto trae consecuencias o situaciones que no esperas.

Y que como siempre crees saber controlar.

No hay comentarios: