Con un cansancio tremendo y mucho sueño por delante.
Su recibimiento fue inesperado, el tenia los ánimos por las nubes y unas ganas increíbles por bailar merengue y bachata. Conmigo. O por lo menos así lo hizo.
Las horas se hacían pesadas y el agotamiento no puedo esperar más. Él con el peso de una desvelada y licor en la sangre, y yo con una semana llena de trajín.
El sol desapareció y cuando menos lo esperábamos el silencio apareció entre el sillón donde no solo los dos estábamos recostados intercambiando sueños, si no que ella también fastidiando como mejor lo sabe hacer.
Aunque al despertar las cosas cambiaron y el enojo apareció repentinamente, el chocolate nos devolvió la sonrisa pero provoco el ya esperado distanciamiento.
En realidad solo dos porque yo sin beber
Delire toda la noche. No gracias a él si no a TI.
1 comentario:
Bailar, y encima con la persona indicada es suficiente para embriagarnos..
de felicidad
=)
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