Tu por mí, yo por ti.

Cuando vale la pena volver a escribir.

Hace unos años empezamos a proponernos metas hoy poco a poco las vamos logrando. Dicen que la felicidad más grande es la que te provoca alguien más, y yo lo confirmo. Debo confesar que la noticia no solo a mi me tomo desprevenida y he ahí la consecuencia de que me gusten mucho las sorpresas. Escribo este post con una sonrisa estampada en la cara, una que perdura desde ayer. Me siento muy orgullosa de que sus metas se estén cumpliendo y me siento muy afortunada de tenerla como mejor amiga y poder festejar sus logros como los míos.

Ahora podemos decir que nuestros caminos están armados y que solo nos queda recorrerlos con mucho esfuerzo y dedicación. Y si bien estos caminos estén un poco mas separados que los últimos seis años y el hecho de pensarlo me acongoje, se que la distancia ni nada podrá con nuestra amistad, con nuestra hermandad.

Desde ayer estoy muy sentimental y creo que con mucha razón. Ya se confirmo que no estudiaremos juntas y fue ahí cuando el temor apareció para generar miles de dudas. Dudas que se desvanecieron al leer cosas que ya sabía pero que necesitaba recordar.

Hemos vivido tanto que de por si estoy agradecida con la vida. Y sé que nada impedirá que sigamos viviendo experiencias juntas. Porque si bien somos y seguiremos siendo mejores amigas, ella ya es parte de mi familia y la familia nunca se separa.

Cuenta conmigo hermanita siempre siempre que donde quiera que este festejare tus logros y te acompañare en los malos momentos.

Tú por mi yo por ti iremos juntas donde haya que ir y, tú por mi yo por ti iremos juntas solo por ir.