Huaraz III.

Un amor no correspondido, miedo, y una herida incurable.

Nadie nunca descifraría nuestras claves gestuales, ni nuestra telepatía porque esas son cosas que no se puede pedir solo se obtienen. Y a DD le sobra esto, tras las peleas y complicaciones que la adolescencia trae consigo seguimos siendo esas mejores amigas de 1ero de secundaria. Y si tuviera que elegir a otra persona para que me escuche, me haga reír, seque mis lágrimas y me ponga en mi lugar cuando es necesario la volvería a escoger a ella.

Después de muchas lunas nos toco intercambiar papeles, deje de ser la paciente para convertirme en la psicóloga y escuchar lo que sentía, calmar su temor y aconsejarla como muchas veces ella lo ha hecho conmigo y espero lo siga haciendo hasta cuando seamos ancianas.

Gracias por estos cinco días, que me hicieron conocerte aun más.

Gracias por tu transparencia y amistad.